Laura y Ana, dos hermanas
educadas bajo las mismas normas machistas y opresivas impuestas por un padre maltratador,
que no dudó en someter también a su madre. A pesar de tener la infancia en
común, han tenido vidas muy distintas. Una de ellas, se fue huyendo de una casa
que la asfixiaba. Otra, no tuvo más remedio que quedarse y cumplir su papel
como hija hasta el final.
Tras el fallecimiento de los
padres, ha llegado el momento de verse. Hay temas que deben solucionarse.
Aunque ha transcurrido mucho
tiempo y parece que el pasado ha quedado enterrado, nada más lejos de la
realidad. El trauma vivido sigue latente en cada una de las hermanas, a pesar
de los intentos de cada una por mantenerlos olvidado. El reparto de la herencia
sacará a la luz todos los reproches, todo el dolor, todo el rencor que
arrastran desde que eran pequeñas. Una infancia maltratada no se olvida
fácilmente
¿Cómo manejamos cada uno de
nosotros las situaciones que nos superan? ¿Sólo hay una forma de hacerlo?
¿Cualquiera es válida? ¿Cómo hacemos cuando nos sabemos manipulados por otros?
SQUIZO
TEATRO
Squizo teatro presenta esta
propuesta, que podría tener otras versiones y señalar otra realidad. Sin
embargo, apostamos por subrayar qué ocurre cuando el pasado nos persigue a
pesar de todos los intentos por guardarlo bajo la alfombra. Ponemos en valor
que a veces es muy difícil deshacernos de una experiencia lejana que nos ha
marcado y que nos arrastra hacia lo que cada uno somos. Con este planteamiento,
las emociones son tan inestables como las protagonistas; no puede ser de otra manera. E irán en constante vaivén de
risas y lágrimas, enfados, ira, perdones y aceptación. Dudas, reproches,
recuerdos amargos y felices, carencia de amor propio y ajeno. Laura y Ana no
dejan de ser unos personajes atormentados por un padre opresor y con su viaje
emocional se encontrará el público asistente.
¿Pueden los sueños rotos
sentenciarnos de por vida?
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